Paoli Mejías acaba de editar su nuevo compacto
“Transcend"
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Aunque Paoli Mejías entiende que en su patria es reconocido
como uno de los mejores percusionistas en el panorama de la
salsa y el jazz latino, considera muy seriamente la
posibilidad de radicarse en Estados Unidos, pues en Puerto
Rico no existe el ambiente que anhela y precisa para
establecer su nombre como instrumentista solista.
Luego de recorrer gran parte del mundo y de desarrollar una
amplia discografía acompañando a figuras del calibre de
Eddie Palmieri, Tito Puente, Chick Corea, Dave Samuels y
Dave Valentín, este virtuoso de las congas y otros tambores
de la música afrocaribeña señala que ha frenado su agenda de
colaboraciones con otros artistas porque ahora su prioridad
es consolidarse frente a su quinteto, mismo que es
completado por Yan Carlos Artime (pianista); Ricardo Pons
(saxofonista); Gabriel Rodríguez (bajista) y Efraín Martínez
(baterista).
“Mi decisión no es nada fácil, ya que yo no quisiera tener
que irme. Si no lo he hecho todavía es porque nada me gusta
más que estar aquí. Desafortunadamente, Puerto Rico carece
de las condiciones que yo busco. Los productores de eventos
artísticos no brindan a los músicos el trato que merecen en
términos económicos. Sí le sueltan $15 o $20 mil a
cualquiera que hace reggaetón por ahí, pero les cuesta
trabajo pagar $1,000 a un grupo como el mío. Y, un pianista
o saxofonista que dedica largas horas del día a ensayar y
pasa años perfeccionándose, lo menos que merece es cobrar de
acuerdo a su nivel. En Nueva York, por ejemplo, los
saxofonistas David Sánchez y Miguel Zenón se cotizan muy
bien. Ahora mismo, esa plaza es una de mis alternativas”,
expone Paoli, quien acaba de lanzar su segundo compacto como
figura líder, “Transcend”, producción independiente que ya
ha merecido altos elogios de la crítica.
Espera que “Transcend” le abra las puertas de
los más
prestigiosos festivales de jazz
“Mi intención es promocionar mi nuevo disco lo más que pueda
para tratar de colarme en los principales festivales de jazz
internacionales. Mi esposa Sarah Vogel, que es mi agente,
trabaja en esa gestión. Con mi primer álbum, ‘Mi tambor’,
que salió en el 2004, adelanté bastante. De hecho, hace poco
estuve en los de Santa Cruz y Chicago, así como en el
Festival Internacional de Tradiciones Afroamericanas (FITA),
que se celebra en Maracay, Venezuela. Allá me hicieron
miembro honorario de la institución que lo organiza, por lo
que desde el próximo año no sólo participaré, sino que
también llevaré otros representantes de Puerto Rico”, revela
entusiasmado.
Paoli Mejías se enorgullece de haber ejecutado sus congas en
la mayoría de los festivales de jazz importantes que se
celebran tanto en América como en Europa. Entre ellos, el de
Montreaux (Suiza), que muchos consideran el más prestigioso.
“Pero no es lo mismo ir como músico de fila, que frente a su
propio proyecto. Y en eso es que estoy ahora”, especifica.
En el disco que ahora somete a la consideración de los
amantes de la llamada “música de los músicos”, este
riopedrense de 36 años comparte con instrumentistas de la
categoría de Hans Glawischnig, Naren Budhakar, Jaleel Shaw,
el pianista venezolano Luis Perdomo, el baterista mexicano
Antonio Sánchez y, además de los miembros de su grupo, los
boricuas Luis Aquino (trompetista); Ricardo Lugo y Miguel
Zenón (saxofonistas); Antonio Escapa (baterista); Ralph
Irizarry (timbalero); Javier Oquendo (bongosero); José
Ramírez (percusionista) y el cantante Jerry Medina, entre
otros.
Las selecciones incluidas son, en su mayoría, creadas por
sus compañeros: “Bailamo’ a 7, mamá?” y “Pasaporte” (de
Artime); “Encomienda” (de Zenón); “Conflicts of Interest”
(de Shaw); “Echú L’ona” y “Oye cómo suena” (Paoli Mejías).
También: “El león” (de Tite Curet Alonso); “Egbin pa’ mí”
(de Raúl Romero) y el que da título a la producción,
“Transcend”, que fue aportada por Néstor Toro.
“Este disco tiene tiene fusiones del jazz con la rumba, la
bomba, la plena y hasta de la música hindú. He puesto mucha
fe en este trabajo. Y sé que dondequiera que pueda colocarlo
impactará al público más exigente. Se grabó entre la primera
semana de febrero y mayo pasado con el mayor esmero. Por la
calidad de los músicos que compartieron conmigo, espero que
algo bueno suceda. Mi idea es hacerlo llegar a los
principales mercados del jazz. Quiero que Puerto Rico tenga
en mí a un buen representante de este género… aunque para
lograrlo deba proyectarme desde otra tierra”, concluye
esperanzado.
06/jul/06 |